Nace en Córdoba, ciudad que va a constituir la base y cimiento de toda su andadura poética. Con los ecos del más puro romancero popular el poeta ha sabido mostrar, a través de su poesía y de su labor docente, el entrañable cariño por Córdoba y sus pueblos, por todos los alrededores que circundan sus bastiones geográficos y por las gentes sencillas, que aparecen revestidas de los más geográficos atributos. MORALES ROJAS ha sabido glosar el encanto de las tradiciones populares en vibrantes cantares y en poemillas que rezuman amor, cariño y entusiasmo por lo auténtico.
Córdoba, sus monumentos y ruinas, sus tradiciones y fiestas, sus ferias y romerías, constituyen belleza, clásica en su conjunto, aunque adornado con el efluvio sentimental de una lírica cuajada de bellezas metafóricas.
No podríamos encasillar a JUAN MORALES ROJAS en un determinado grupo poético, aunque ha habido tentativas de encuadrarlo dentro de los generacionistas del 36. Quizás le uniera a ellos la pureza formal de sus poemas, libres de la corriente versolibrista que había inundado la creación poética del 27 con las secuelas del superrealismo de André Bretón.
Quizás también la pureza virginal de su poesía, muy acorde con las consignas de la "Juventud creadora". que constituiría posteriormente el núcleo fundamental de la revista "Garcilaso". Quizás también la temática neopopularista, como fina revivificación del Cancionero y Romancero populares; la preferencia por el paisaje localista transido de profunda emoción espiritual y la abundancia de poemas de marcado tono religioso con resortes o manifestaciones filosóficas o existenciales.
Pese a la concomitancia de estas notas, que encontraremos en los generacionistas del 36 y en JUAN MORALES ROJAS, la obra lírica del autor cordobés sigue unos senderos distintos. El autor de "Silencio de Pueblo y Pinos y otros poemas de vida y esperanza" ha sabido huir de "ismo" y consignas de grupo para moldear una obra propia, autentica y realista. Su estilo literario - artesanía del pensamiento y la palabra- es lúcido, irónico, lleno de trascendente optimismo, de humor suave y elegante, de filosofía vital y cristiana en constante actitud dialéctica.
El poeta recuerda al aticismo de Don Juan Valera, la gracia del gaditano José María Pemán y la multiforme variedad temática del santanderino Gerardo Diego.
Su obra es un mosaico multicolor de asuntos cordobeses recreados y vivificados por la magia sedosa de una poesía musical, fluida, rítmica, armoniosa y equilibrada en su métrica para el recitado, con la que el poeta, excelente y consumado rapsoda, ha conseguido éxitos inigualables en numerosos actos académicos y populares.
"Rapsodia", "Romancero de Toro y Torero", Campo de Vista Alegre", "Poemas de la Tierra y del Tiempo, y otros cantos de lírica esperanza" y "Rutas líricas de Córdoba"
son algunos de sus libros en verso en los que ha sabido glosar el encanto de las tradiciones populares en vibrantes cantares y en poemillas que rezuman el más entrañable amor y entusiasmo por su tierra natal.
En l.988 apareció su obra "Silencio de Pueblo y Pinos y otros poemas de vida y esperanza", conjunto de poemas compilados la mayoría de ellos a la sombra de los pinares de Cerro Muriano. En ellos refleja, a la manera machadiana, la profunda humanidad del hombre y del poeta ante el espectáculo insuperable de una naturaleza cargada de vivísima emoción y belleza.
Pero la obra de JUAN MORALES ROJAS no termina en el estudio de estas obras. Su libro "Córdoba", de la Editorial Planeta, ha merecido ser traducido al francés, inglés y alemán.
La visión certera y completa de la ciudad de la Mezquita se completa con la magia de su prosa poética. La exaltación de su Córdoba natal alcanza notas diamantinas en las que fluye, cual venero de rica argentería, el más profundo amor por una tierra simpar.
Sus colaboraciones en periódicos y revistas es constante. Numerosos poemas suyos han aparecido incluidos en la "Antología de poemas andaluces" y en la "Antología de poemas taurinos", de Escelicer. Ha dado recitales poéticos y conferencias en Madrid y numerosas ciudades españolas. Ha dirigido y realizado teatro clásico, y une a su condición de profesor el de Arte Dramático Y Declamación.
Al igual que Azorín, JUAN MORALES ROJAS es "un pequeño filósofo" amante de lo minúsculo, sencillo y natural. El primor de las cosas pequeñas atrae poderosamente su atención, recreándonos con bellas composiciones y recuerdos de lo lejano, del tiempo pretérito y de viejos personajes populares que reviven en las páginas del Diario CORDOBA del que fue uno de sus mejores colaboradores.
JUAN MORALES ROJAS, poeta "per se " y lúcidamente apartado de todos los movimientos y corrientes vanguardistas, ha sabido huir de "ismos" para moldear una poesía entrañable, clara, lúcida e intensamente sentida. Perteneció a la Real Academia de Córdoba. Existe en Córdoba un premio de poesía que lleva su nombre. Una calle le fue dedicada con su nombre en Córdoba.